domingo, 13 de noviembre de 2011

El ejército romano 2ª Parte

            En esta segunda entrada me gustaría continuar explicando las diferentes formaciones y despliegues de batalla que desarrolló el ejército romano. Para ello he buscado documentar mi entrada con las obras de Julio César y Polibio. Espero que os resulte útil e interesante.

2. La organización militar de Roma

            El ejército romano se componía de legiones que contenían alrededor de 4200 hombres de infantería, tanto pesada como ligera y entre 300 y 600 soldados de caballería. La cantidad de soldados iba delimitada por los fondos que el estado otorgase al cuestor, que era el encargado de las relaciones económicas entre el estado y el Tribuno Militar. A este número había que añadir las tropas aliadas, que normalmente alcanzaban la misma cantidad. También había una buena cantidad de unidades pertenecientes a otras naciones, normalmente territorios conquistados, llamados “auxilia”. La mayoría de estas unidades tenían una formación especializada, razón por la cual eran empleadas por el ejército romano. Las funciones desarrolladas iban desde la exploración, el hostigamiento de líneas de suministros, tiradores especializados, tropas de reserva, fuerzas utilizadas como un ejército de ocupación o para mantenimiento del orden público. Pero los auxilia fueron lo suficientemente importantes dentro del ciclópeo ejército romano como para dedicarle todo un capítulo más adelante.
            Cada legión adoptó la norma de llevar 55 catapultas, además de una enorme marea de albañiles, cirujanos militares, esclavos y músicos militares, que en su conjunto podían ser alrededor de 700 personas. Así pues una legión si contamos a todo el personal que la constituía se convertía en un ejército de unos 6000 o 7000 hombres, a veces incluso el doble, dependiendo de la profusión de tropas aliadas o de los fondos destinados a ésta. Las legiones estaban dividas en cohortes, cada una comandada por un tribuno militar. Se calcula según los datos proporcionados por los escritos de Polibio, que una legión contaba con al menos 3 tribunos. Si tenemos en cuenta que Roma investía dos legiones cada año, supone que la población total de Roma debía de ser muy elevada, más de nueve millones en la época de Julio César. Según Polibio el ayuntamiento de Roma tenía que inscribir cada año a todos sus ciudadanos en el ejército.
            Como hemos mencionado anteriormente cada legión estaba dividida en tres o cuatro cohortes y a cada una le correspondía un tribuno. La primera cohorte estaba constituida por 1200 hombres y era la que tenía un mayor prestigio dentro de cada legión. A su vez cada cohorte estaba dividida en centurias, 100 hombres, que estaban al cargo de un Centurión cada una, es decir, un oficial en jefe que dirigía a los hombres en batalla y en campaña. Cada cohorte contaba con 10 centuriones, menos la Primera Cohorte que tenía además un centurión elegido por los soldados y otro por el tribuno. Las centurias eran la unidad básica del ejército romano, entorno a ellas existía todo un entramado de pragmática independencia.
            Cada centuria podía estar compuesta por: exclusivamente infantes (Centuri Peditata), de infantes y jinetes (Centuria mixta) o un dos tercios de infantes y un tercio de jinetes (Centuria Equitata). Además existía otra división aun más pequeña llamada centubernia, que estaba compuesta por 10 hombres. Esta división no contaba con ningún oficial más, aparte del centurión, pero resultaba de mucha utilidad a la hora de organizar los campamentos y de ejecutar algunas formaciones.
            Todo hombre en Roma debía servir en el ejército, aquellos que percibiesen una renta de más de 500 dracmas tenían la obligación de estar 16 años en la infantería o 12 en la academia de equitación. Aquellos ciudadanos que pudiesen costearse la academia de equitación o “escuela de Turmas”. Las legiones estaban compuestas también de caballería, no solo de infantería y a estos jinetes se les denominaba “Turmas”. Los jinetes se clasificaban en “Alae” que contaban en la mayoría de los casos con 100 Turmas, salvo en algunas provincias orientales en las que la caballería era un elemento crucial en la batalla. Este es el caso de las legiones asentadas en Palestina o Capadocia, que el Alae podía ser de 500 Turmas (Alae quinquenaria) o de 1000 (Alea miliaria). Cada Alae de jinetes estaba comandada por un decurión y cada legión solía contar con 3 decuriones, dos elegidos por los propios jinetes y otro por el cónsul o emperador, dependiendo de si era república o imperio.

1 comentario:

  1. Es indubitable que mucho del éxito del ejército romano se debía a su facilidad para asimilar unidades militares de sus enemigos e integrarlos en su propia "maquinaria" bélica, tenemos como ejemplo a los hostigadores a caballo númidas que grandes estragos causaron en las guerras púnicas. Se puede considerar que cambiaron la balanza de dichas guerras cuando cambiaron sus capas para servir a los romanos. Espero con gran interés el artículo dedicado a las tropas auxiliares.

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